Más sobre el abordaje terapéutico

¿Por qué estas técnicas y de esta manera?

Debido a que mi propia evolución como terapeuta me ha llevado a ir ampliando mi formación y, por tanto, a incrementar la variedad de técnicas que incluyo en la terapia, creo que es necesario explicar de qué manera las técnicas en las que me he formado y con las que trabajo conforman una unidad coherente de abordaje terapéutico y no una lista más o menos extensa de protocolos separados o que se pueden aplicar por separado sin que haya una coherencia entre ellos, excepto la que cada corpus teórico-práctico particular implique.

El conjunto de técnicas que utilizo compone una unidad de aproximación terapéutica vinculada y congruente entre sí. Existe entre ellas, como conjunto, una jerarquía clara determinada bien por su diferencia de amplitud y de profundidad teórico-práctica, bien por disponer de distintas herramientas, bien por ser unas más apropiadas que otras para abordar ciertos aspectos (materiales, energéticos, emocionales o informacionales) del cuerpo entendido como sistema complejo. Esta jerarquía está también determinada por el uso más o menos sistémico o instrumental que hago de ellas. Es un conjunto en el que las técnicas que disponen de un modo de objetivar el estado del sistema (cuerpo-persona) y su reacción a ciertos estímulos objetivos para determinarlo priman sobre las demás (etioterapia y kinesiología). El resto de técnicas sirven de apoyo específico con el objetivo de dinamizar el sistema, para conseguir un trabajo de más calado, para que el sistema pueda integrar de manera más efectiva y operativa el trabajo hecho durante la sesión.

El abordaje

Las tres técnicas que dan coherencia al abordaje terapéutico de la sesión son la etioterpia y la kinesiología. Esto es así porque las tres técnicas tienen dos elementos indispensables para establecer un diálogo con el cuerpo (sistema). Uno que permite objetivar el estado del sistema con respecto a los principios de dichas técnicas: en el caso de la Kinesiología es el test muscular y en de la Etioterapia y la Sintergética el pulso VAS (Vascular Autonomous Signal) o RAC (Respuesta Autónoma Circulatoria). La Señal Autonómica Vascular (VAS) es una respuesta fisiológica del sistema neurovascular del cuerpo a la información que ingresa en su campo energético. Esta respuesta se puede sentir manualmente como un cambio de pulso en la pared de la arteria radial.
El segundo elemento son las herramientas que permiten formular o provocar una respuesta en el cuerpo, es decir, objetivar preguntas para determinar ciertos desequilibrios, y que producen un cambio en el test muscular (Kinesiología) o en el pulso RAC (Etioterapia). En Kinesiología utilizaremos mudras que sirven para discriminar los diferentes campos que pueden estar causando un desequilibrio (campo estructural, químico, eléctromagnético, emocional, energético), así como testigos ante los que cuerpo reacciona. En Sintergética utilizaremos los filtros específicos desarrollados por el Dr. Jojer Carvajal y su equipo, así como el corpus de técnicas que le pertenecen. Con Etioterapia utilizaremos diferentes filtros, los puntos emocionales de auriculoterapia, la lista de impregnaciones causales o frecuencias Nogier, y las tablas de deducción de Lupasco, y el láser de frecuencias de Nogier.

Los protocolos utilizados para ayudar al cuerpo (sistema) a reestablecer su equilibrio serán los propios de ambas terapias, etioterapia y la kiensiología; también la Osteopatía sacrocraneal biodinámica, será principal como disciplina. Además, otras técnicas como la medicina taoísta, la acupuntura, o ciertos sistemas florales, o ténicas más amplias que ayuden a elaborar la sesión verbalmente como la terapia narrativa o para centrar la atención del paciente como el focusing, que servirán de apoyo como coadyuvantes para proporcionar al sistema a encontrar sus propios recursos y dinamizar sus procesos.